¿Quién fue Remedios Varo?
Remedios Varo, nacida el 16 de diciembre de 1908 en Anglès, Girona, España, fue una
artista cuya obra trascendió las fronteras de lo convencional para adentrarse en un mundo
mágico y misterioso. Su viaje artístico comenzó en la Academia de San Fernando en 1924,
donde coincidió con figuras como Salvador Dalí.
En 1932, se estableció en Barcelona, sumergiéndose en la vanguardia catalana y siendo
miembro del Grupo Logicofobista. Durante este período, creó obras como “Lecciones de
costura” y “La pierna liberadora de las amebas gigantes”, que revelaban su fascinación por
lo surreal y lo desconocido.
Su vida tomó un giro significativo cuando se casó con el poeta francés Benjamin Péret y se
trasladó a París en 1937. Allí, entró en contacto con los teóricos del surrealismo y expuso
en la Exposición Internacional del Surrealismo en 1938 con su obra “Il est tard”. Sin
embargo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial los obligó a exiliarse en México en
1940, donde comenzó una nueva etapa creativa.
Insipiración en México
En México, Varo se sumergió en la rica cultura del país, dedicándose al diseño publicitario,
la restauración de objetos prehispánicos y otras actividades creativas. Su círculo social
incluía a figuras destacadas como el escritor Octavio Paz y otros artistas y escritores
exiliados. Este entorno inspirador influyó en su obra, que se caracteriza por su imaginación
desbordante y su habilidad para fusionar lo místico con lo científico.
La obra de Remedios Varo es un viaje fascinante a través de un universo lleno de
simbolismo y libertad. Cada pintura evoca una narrativa propia, invitando al espectador a
explorar lo desconocido y lo fantástico. Su legado perdura como testimonio de su
extraordinaria visión artística y su capacidad para trascender las limitaciones de la realidad
tangible.
Desde sus primeros días en España hasta su exilio en México, la obra de Remedios Varo
sigue inspirando a generaciones de admiradores, quienes encuentran en sus pinturas un
reflejo de la complejidad y la belleza del mundo que nos rodea. Su capacidad para fusionar
lo mundano con lo trascendental la convierte en una figura inolvidable en la historia del arte
surrealista.