“La política no es una lucha de hombres contra mujeres. Es una lucha de todos contra los problemas.”
Griselda Álvarez
Griselda Alvarez, una mujer destacada y versátil, comprometida con el feminismo y conocida por sus acciones valientes y revolucionarias en una sociedad conservadora como la nuestra. Fue la primera gobernadora en México y luchó incansablemente por un México más igualitario.
¿Quién fue Griselda Álvarez Ponce de Leon?
Griselda Álvarez Ponce de León, nacida el 5 de abril de 1913 en Guadalajara, Jalisco, provenía de una distinguida familia. Era bisnieta de Manuel Álvarez Zamora, un ilustre mexicano que fue diputado en el Congreso Constituyente de 1857 y el primer Gobernador de Colima. Sus padres fueron Miguel Álvarez García, quien ocupó el cargo de gobernador de Colima de 1919 a 1923, y María Dolores Ponce de León.
Después de estudiar en la Escuela Normal de Maestros, Griselda Álvarez obtuvo su licenciatura en Letras Españolas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En 1977, incursionó en la política al ser elegida senadora por Jalisco para el periodo de 1977 a 1979. Durante ese tiempo, según relata Patricia Galeana, expresó al presidente José López Portillo su deseo de postularse para la gubernatura de Colima en 1979. Él le respondió: “Consúltelo con el pueblo”. Sin vacilar, Griselda Álvarez defendió su determinación con firmeza: “La consulta ya se hizo y el pueblo está de acuerdo”.
Griselda Álvarez en la gubernatura
La congresista logró la gubernatura, convirtiéndose en la primera mujer en México en alcanzar tal posición histórica. Durante su mandato, se destacó por su lema “Educar para progresar”. Griselda Álvarez tuvo una carrera sólida y fructífera en múltiples áreas de la administración pública: como educadora, funcionaria, defensora de los derechos de las mujeres, senadora y la primera mujer gobernadora de México.
El destacado desempeño y la integridad de Griselda Álvarez, resaltados por Patricia Galeana, allanaron el camino para que las mujeres mexicanas participaran activamente en la toma de decisiones en el país. Su liderazgo marcó un hito en la política mexicana al desafiar el predominio masculino en el poder y demostrar que las mujeres poseen las mismas capacidades para contribuir al desarrollo nacional. Después de su mandato, fue designada directora del Museo Nacional de Arte.
Hasta su fallecimiento el 26 de marzo de 2009, Griselda fue una feminista comprometida. Durante su vida, estableció el Centro de Atención a la Mujer, A.C., fundó la Alianza de Mujeres de México y la Asociación Mexicana de Bienestar Social, además de ser presidenta Honoraria Vitalicia de la Federación de Mujeres Universitarias, A.C. (FEMU).
Reconocimientos
Griselda Álvarez recibió numerosos reconocimientos a lo largo de su vida, entre los que se destacan la Medalla Belisario Domínguez, la máxima condecoración otorgada por el Senado de la República a personas que han sobresalido en su labor política, social y cultural. Además, el Congreso del Estado de Colima le otorgó la Medalla Rey de Colimán en 2013, como un homenaje póstumo en conmemoración del centenario de su nacimiento.
Además, Griselda Álvarez ofreció conferencias en países como Argentina, Panamá, Perú y Francia, donde abordó temas relacionados con el feminismo y la poesía mexicana. También fue miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, así como del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes en Colima. Además, formó parte del Patronato del Archivo Histórico del Municipio de Colima.
Como periodista, contribuyó en varios periódicos, incluyendo Excélsior, Novedades y Ovaciones, ¡así como en la revista Siempre! Además, escribió 18 libros sobre una amplia gama de temas. Algunos de sus títulos incluyen “Cementerio de pájaros”, “Desierta compañía”, “Letanía erótica para la paz”, traducidos a varios idiomas como ruso, checo, hindú, inglés, portugués y francés. También publicó “La sombra niña”, “Anatomía superficial”, “Algunas mujeres en la historia de México”, y “Glosa de la Constitución en sonetos”, una obra única que desafió el paradigma de la incompatibilidad entre la poesía y la rigurosidad parlamentaria.