En México, el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres fue resultado de una lucha incansable liderada por valientes activistas que desafiaron las normas de su tiempo, abogando por la igualdad de género y rechazando la inferioridad de las mujeres ante los hombres.
Una de las icónicas activistas que han buscado un cambio en la historia de nuestro México es Elvia Carrillo Puerto (1871-1968), inspirada desde temprana edad por destacadas feministas como Mary Wollstonecraft, se percató de las marcadas desigualdades sociales entre hombres y mujeres, así como de la marginación y explotación sufridas por las comunidades indígenas y campesinas en su ciudad natal de Motul, Yucatán.
Desde su juventud, el pensamiento político de Elvia Carrillo fue moldeado por la influencia de Rita Cetina Gutiérrez, su mentora, quien fundó la primera escuela secundaria para mujeres en Yucatán y la organización feminista “La Siempre Viva”.
La lucha de Elvia Carrillo
A la corta edad de 13 años injustamente contrajo matrimonio, y sin embargo una década después quedaría viuda, esto le brindo su libertad de un pacto marital para una mujer de su época, y le permitió ejercer labores como maestra y taquimecanógrafa. En 1909, Elvia Carrillo se unió a la causa antirreeleccionista y su preocupación política por la igualdad femenina la condujo a establecer en 1912 la “Liga Feminista Campesina Rita Cetina”, donde se abordaron temas como la propiedad de la tierra, las jornadas laborales y la educación de las mujeres. Es en este punto donde su vida empieza a tomar un enfoque político-social que buscaba un cambio en la sociedad.
Para el año de 1915, Elvia conoció al general Salvador Alvarado, designado gobernador de Yucatán por el presidente Venustiano Carranza. La afinidad política entre Elvia y el gobernador los llevó a colaborar estrechamente, junto a otras activistas, en la lucha por los derechos de las mujeres en la región. Tan solo un año después en 1916 Elvia tendría una participación muy activa en los dos primeros congresos feministas de México organizados en Yucatán. Estos congresos sentaron las bases de lo que sería un avance oportuno en el debate sobre el derecho a voto de las mujeres en el país.
Yucatan y “Ligas de Resistencia Feministas”
Tres años después, Elvia recorrió Yucatán con las “Ligas de Resistencia Feministas”, grupos que instaban a las mujeres a organizarse en torno a temas como el derecho al voto, el control de la natalidad y la libertad femenina. Tres años después en 1922, a Elvia se le asignó una oficina en el edificio central del estado en el momento que su hermano, Felipe Carrillo Puerto, con quien compartía convicciones políticas, se convirtio en gobernador de Yucatan. Allí organizó la “Liga Feminista Rita Cetina”, con el propósito de promover el debate sobre el voto femenino en las cámaras legislativas buscando el cambio deseado en la sociedad.
En 1923, Elvia se convirtió en una de las primeras mujeres mexicanas elegidas como diputada en un congreso local. Sin embargo, su capacidad para ejercer sus funciones se vio obstaculizada debido al asesinato de su hermano el gobernador Felipe Carrillo Puerto en enero de 1924. Tras la anulación de las elecciones y las amenazas de muerte recibidas, se vio obligada a abandonar su cargo.
Elvia Carrillo en educación sexual
Elvia abogó por la inclusión de la educación sexual integral en el sistema educativo, con el objetivo de proporcionar a las mujeres información precisa y completa sobre su sexualidad y su salud reproductiva. Esta labor se intensificó especialmente en la década de 1930. Durante la misma época, Carrillo Puerto defendió el derecho de las mujeres a acceder a métodos anticonceptivos seguros y efectivos, luchando contra las barreras sociales y culturales que impedían su disponibilidad y utilización.
Legado
El esfuerzo y el legado de Elvia Carrillo Puerto dieron frutos cuando en 1947, durante la presidencia de Miguel Alemán, se aprobó el derecho de las mujeres a votar en las elecciones municipales. Sin embargo, fue hasta 1953, bajo el mandato del presidente Adolfo Ruiz Cortines, que finalmente se reconoció el derecho de las mujeres a votar en todas las elecciones.
A lo largo de su vida, Carrillo Puerto participó en la formación de organizaciones dedicadas a la alfabetización y educación continua de mujeres adultas, buscando garantizar que todas las mujeres tuvieran acceso a la educación, independientemente de su edad o situación socioeconómica. El empeño, la lucha feminista y los ideales políticos de igualdad y justicia social de Elvia Carrillo Puerto la han inmortalizado en la posteridad como la “Monja Roja del Mayab”.
Elvia Carrillo Puerto escapó y encontró refugio en la Ciudad de México, donde continuó su incansable labor en la lucha por el reconocimiento del derecho al voto de las mujeres. Esta destacada sufragista falleció el 15 de abril de 1968 en la Ciudad de México.
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